el mantón de manila
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Su nombre está asociado al Puerto de Manila (Filipinas), donde la colonia española desembarcaba los productos traídos del Lejano Oriente durante el siglo XV. En realidad el origen de esta prenda está en China donde se realizaban en seda y estaban bordados a mano generalmente de flores o pájaros. En un principio estaban decorados con dragones, bambú o pagodas (decoraciones típicas chinas). Sobre sus dimensiones es significativo mencionar que debía - por lo menos - cubrir toda la espalda y llegar al extremo de cada brazo, cuando éstos se ubican en posición de cruz con el torso. Por otro lado es de destacar que cuanto más liviano esté confeccionado, mucho mejor para poder soportarlo comodamente sobre el cuerpo y lucirlo con más prestancia al efectuar movimientos o figuras (en este último caso y más precisamente, se hace referencia a su utilización generalizada por las bailarinas (bailaoras) de flamenco).
El mantón de Manila está fuertemente asociado al baile flamenco, aunque es un complemento del vestido usado también por las cantaoras y además, en algunas épocas, se ha usado como una prenda cotidiana.
El origen del bordado de Mantón está en China. Los primeros mantones bordados y otras prendas, como quimonos, cojines o cuadros se hacen en China. Tradicionalmente se realizaban en seda y estaban bordados a mano con motivos florales de la naturaleza como flores, pájaros, y motivos Chinos: pagodas, dragones...todo ambientado en el paisaje oriental.
Aunque su origen se encuentra en China, es la capital de Filipinas, antigua colonia española, la que le ha dado nombre. En la época imperial española (sXVI) el comercio marítimo se concreta en varias rutas: Una de ellas es la ruta de Manila (Filipinas) a Veracruz (México) y a Sevilla (España). Sevilla conoce el mantón traído de Manila (de ahí su nombre) muy prontamente, y algún pueblo del Aljarafe, como es Villamanrique, estuvo relacionado con este comercio, por ser el marqués de Villamanrique Virrey de México y más tarde por tener entre sus marineros al marino Bernal, de origen manriqueño.
En poco tiempo, las decoraciones chinas de los mantones fueron sustituidas por motivos autóctonos; desaparecieron los dragones, el bambú y las pagodas y aparecieron rosetones y pájaros, rosas, claveles y otras flores, cada una con su significado (lirio: pureza; margarita: impaciencia; rosa: secreto; girasol: fidelidad…). También fue en España donde se le añadieron los flecos.
Poco a poco, el mantón de Manila se fue convirtiendo en una prenda habitual del vestido femenino, sobre todo en Sevilla, tanto entre las mujeres pudientes de la alta sociedad como entre las clases populares. La moda pasó y el mantón dejó de ser vestido cotidiano, pero quedó asociado al vestuario flamenco, sobre todo de bailaora.
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