sábado

2012 queda atrás

desde este espacio, enviar a todos los participantes y lectores de punto.es el mejor de los deseos: ánimo.
estamos inmersos en una época de profundo cambio, somos, querámoslo o no, protagonistas de este cambio. querámoslo o no, deciden por nosotros, pero tengamos presente que, el simple ciudadano, el ciudadano de a pie, tiene mucho que decir y mucho por hacer. los pequeños cambios son poderosos. si de algo puede servir esta crisis global que nos gobierna, es para recuperar valores que se quedaron atrás.
por ello, el mejor de los deseos: ánimo. para continuar adelante.
(hay que leer entre líneas)
 
joel nakuro

domingo

122.1 estaciones del mundo. damasco. actualidad en la red (1)


 
la estación del hijaz y la sombra de aranda
 
En la estación del Hijaz de Damasco han arrancado los raíles del tren. Detrás de su histórico edificio, ya sin andenes, obra del arquitecto español Fernando de Aranda, hay un profundo y amplio hueco sobre el que tiene que edificarse no sé qué complejo hotelero y de centros comerciales y residencias de lujo, que después del terremoto de sangre que sufre la antaño estable república de Siria, podría aplazarse ad calendas grecas.
 
Su vestíbulo con artesonado techo, ventanales de policromos cristales, altos zócalos de madera, esta vacío. Solo queda una decrépita cafetería adyacente en la que se penetra por una puerta lateral, con desvencijadas mesas en torno de las que masculinos parroquianos juegan a las tablas reales, fuman indolentemente sus narguiles o pipas de agua, y sorben despacio vasos de té, mientras la televisión estatal con sus noticiarios se asoma por una gran pantalla plana colgada en la vetusta pared.
 
Nunca en tantos viajes a Damasco, he visto ni trenes ni pasajeros en la estación del Hijaz.
 
La estación, durante años desafectada, se eleva al fondo de la céntrica avenida de Al Nasr, a poca distancia del abigarrado gran zoco cubierto de Hamediye que conduce a la gran mezquita de los Omeyas. Es una bella construccion, nada aparatosa, de dos plantas de grácil estilo europeo, con pórtico de columnas sobre escalinata, en la que se incorporaron numerosos elementos característicos de arquitectura árabe. Aranda, como escribe en su opúsculo mi colega Eugeni García Gascón, hizo importar los azulejos de su fachada de Talavera de la Reina.
 
Conocí en Beirut, hace años, a familiares de este gran arquitecto, autor de otros notables edificios públicos de Damasco, como el Serrallo o sede del ministerio del Interior, o incluso algunas mezquitas, envuelto en una cierta leyenda. Su padre, director de las bandas militares del imperio, había estado al servicio del último sultán otomano.
 
Fernando de Aranda se estableció en Damasco en los años de la Primera Guerra Mundial, y fue también vicecónsul de España y de otras naciones europeas, con la intrépida misión de proteger a sus súbditos. Se casó con una mujer de rica familia turca, convirtiéndose al Islam, adoptando el nombre de Mohamad, y fue enterrado en la antigua ciudad de los Omeyas, en el pequeño cementerio musulmán de Bab el Chegir.
 
Al alborear el siglo XX, el sultán Abdul Hamid, cuando la Sublime Puerta dominaba sobre todos estos pueblos, ordenó entre 1917 y 1920 la construcción de esta vía férrea desde Damasco a Medina, para que los musulmanes pudiesen viajar con más seguridad a los Lugares Santos del Islam.
 
El pachá o gobernador de la plaza tuvo durante siglos la misión de guiar y proteger las caravanas de peregrinos. Todavía hoy, la milenaria ciudad es parada y fonda de creyentes de Mahoma que se encaminan hacia La Meca y Medina.
 
(Tomás Alcoverro, LA VANGUARDIA, en: 
http://blogs.lavanguardia.com/beirut/la-estacion-del-hijaz-y-la-sombra-de-aranda/.
imagen en: http://www.losviajeros.com/)

122.2 estaciones del mundo. damasco. actualidad en la red (y 2)

 
 
Se organizó una suscripción pública en tierras del Islam, para financiar su construcción. En la misma época se realizó la obra del tren entre Berlín y Bagdad. Estas redes ferroviarias estaban conectadas y aspiraban a fortalecer la autoridad del sultán sobre sus provincias árabes, proteger el Haj o peregrinación y defenderse de la invasión británica.
 
El tren del Hijaz -nombre de la región saudí de las dos santas ciudades musulmanas- fue utilizado por la Sublime Puerta para trasladar sus tropas, acarrear sus armas con el objetivo de aplastar la rebelión de los nacionalistas árabes, alentados por Gran Bretaña y Francia contra su gobierno.
 
El legendario Lawrence de Arabia, mítico agente imperial británico, se hizo famoso capitaneando asaltos armados, como el de Deraa, donde el año pasado comenzó el levantamiento contra el régimen baasista, a este tren, cuando combatía codo con codo, junto al Cherif de La Meca y sus mesnadas empeñadas en derrocar el poder del sultán. En muchas de aquellas cintas cinematográficas como Lawrence de Arabia de 1962, fueron recreadas aquellas luchas cuerpo a cuerpo entre soldados otomanos y tribus beduinas.
 
Las guerras interminables y, sobre todo, la fundación del estado de Israel en 1948 dieron la puntilla a algunas de estas líneas férreas, como la que orillaba el levante mediterráneo atravesando Beirut, con dirección a Haifa, de la que no quedan ni los travesaños.
 
El tren del Hijaz, su estación damascena, tuvieron un aliento de vida cuando en 1999, gracias a una convergencia política de los gobiernos de Siria y Jordania, volvió a ponerse en circulación su tramo de ferrocarril entre Damasco y Amman. Doscientos veinticinco kilómetros que se recorrían en seis horas. Sus gobernantes esperaban que este tren reforzase los desplazamientos de sus habitantes y el comercio. Empezó entonces con varios viajes semanales, pero ya hace tiempo que nadie oye silbar sus locomotoras a través de los paisajes.
 
Su resurrección fue muy efímera y la bella estación que me recuerda las de Estambul y Bagdad, construidas durante el Imperio otomano, ha vuelto a ser un vacío y no declarado museo en medio de esta ciudad monumental.
 
En estos meses de guerra, sin extranjeros ni turistas, fotografiar su fachada, la vieja máquina de vapor, de un tren que el tiempo se llevó, dispuesta cabe a la porticada entrada, despierta simpatías de los damascenos. La pequeña estación del Hijaz está triste como toda la capital.
 
(Tomás Alcoverro, LA VANGUARDIA,
imagen en:  http://www.minube.com/)

122.b el todo por la parte.

 
CAN - REV - EST - VAG - AND - TAQ - RAI - AVE - FER - LOC - VIA
de trenes
 
 
1.- Persona que valida(ba) el billete durante el trayecto.
2.- Tren que alcanza en algunos tramos los 350 k/h. España ha conseguido estar en el primer lugar de la lista de países por kilómetros de esta red.
3.- Validar el billete previamente a subir al tren.
4.- Tren, dicho de otro modo.
5.- Quien arrastra con su potencia, sea conseguida por carbón, o eléctricamente.
6.- Plataforma.
7.- Por donde circula el tren.
8.- Por donde circula el tren, también.
9.- Compartimento de pasajeros.
10.- Si no se hace automáticamente, donde una persona simpática y muy amable expende el billete.
11.- Edificio vinculado al tren. Conocidas las de Atocha, en Madrid, Sants, en Barcelona, Lyon, en París, Florida, en Buenos Aires, o Waterloo en Londres.
 
(imagen en: http://www.abc.es/)

qué difícil es hablar el español

viernes

121. INTRODUCCIÓN * 28 de julio de 2012 * de dictadura

Clock Number 1 Lego Duplo Brick 2 number 1

 Miquel Suñer, nadador de fondo en mar abierto
sin neopreno: la sensación de nadar en mar abierto, es la de estar vivo y libre.
Y la del miedo, peligro...
Pero antes de zambullirme siempre hablo con el mar, le ruego que me ayude.
Es un diálogo muy, muy profundo..."
(LA VANGUARDIA, 7 de julio de 2012) 


en el momento en que redactamos estas líneas, se está celebrando la inauguración de los juegos olímpicos en londres
juegos cuyo símbolo, los cinco aros unidos entre sí, siguen siendo una metáfora y a la vez la paradoja de nuestro tiempo, convulso...

esto es, punto.es
joel nakuro


121.1 necesidad de verdad. actualidad en la prensa


Arranca la comisión que investigará los crímenes de la dictadura que vivió el país entre 1964 y 1985
brasil, ante su verdad

El 29 de noviembre de 2010, un equipo de policías y péritos movilizados para buscar restos de desaparecidos de la dictadura brasileña encontró los primeros huesos que conformarían más de una veintena de esqueletos de cuerpos enterrados clandestinamente en una fosa del cementerio de Vila Formosa, en São Paulo. Las dificultades de identificación impidió ir mucho más allá. Más precisiones aportó el hallazgo de más de mil esqueletos en una fosa localizada diez años antes en el cementerio Dom Bosco de Perus, en la misma ciudad; decenas de estos esqueletos, muchos de ellos perforados por balas, pertenecían a exguerrilleros masacrados por la seguridad del régimen durante los años setenta (el resto eran de indígenas).

Las dos excavaciones substanciaron el desentierro material de los crímenes de la dictadura que imperó en el país sudamericano entre 1964 y 1985, mientras que sucesivos libros, entrevistas y biografías fueron revelando los testimonios de las víctimas de unos años de plomo que se cobraron más de 450 muertos y desapariciones. La última de estas aportaciones data de principios de este mes, cuando los periodistas Rogério Medeiros y Marcelo Netto publicaron las estremecedoras confesiones del excomisario Claudio Guerra; entre ellas, cómo el Departamento de Orden Político y Social, al cual pertenecía, decidió quemar los cuerpos de diez militantes de izquierda en una refinería de azúcar propiedad del vicegobernador de Río de Janeiro. Fue la manera de hacer desaparecer los restos de los dirigentes del Partido Comunista.

Pero sólo el lunes pasado Brasil emprendió el desentierro político de su pasado reciente, mediante la puesta en marcha de la comisión de la Verdad sobre la dictadura. Era lo que el país tenía pendiente para consolidar la democracia. Después de tres años de tira y afloja con la vieja guardia militar y política y con la presidencia de una exguerrillera que experimentó en carne propia la vejación de la tiranía, la nación más grande de América Latina dejará por fin de ser la única que evita los horrores de su historia reciente.

La comisión investigadora se puso a andar después de la presentación solemne a cargo de una Dilma Rouseff emocionada, que no pudo contener el llanto cuando recordó los compañeros muertos. La mandataria subrayó: "No nos mueve la venganza, el odio o el deseo de reescribir la historia de una manera diferente a cómo pasó. Nos mueve la necesidad imperiosa de conocer la verdad en su plenitud".

[Fernando García, LA VANGUARDIA, 27 de mayo de 2012 (traducido del catalán).