amigos del alma
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Hoy vamos a compartir unas cuantas cosas como buenos amigos. Lo primero que compartimos es el pan, que en nuestra cultura es el máximo símbolo de la comida, el alimento esencial. Tan esencial, que sobre el latín Cum panis (con pan) se han formado compañía y compañero en diversos idiomas, desde el inglés companion hasta el portugués companheiro. Otras veces lo que se comparte es la habitación o cámara, como es el caso de los soldados o los marinos. De esta circunstancia nació el español camarada, se propagó al alemán Kamerad y generó una serie de palabras asimiladas, desde el sueco kamrat hasta el italiano camerata.
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El catalán y el francés refuerzan la camaradería y el compañerismo añadiendo al pan un ingrediente básico en la historia de la subsistencia: la sal. Ambas lenguas coinciden en partir-se el pa i la sal y partager le pain et le sel, algo muy semejante a hacer buenas migas, que es un plato muy simple a base de pan, aceite y ajo. Porque comer juntos lo que se tiene, aunque sea mínimo, es señal de armonía y amistad, por eso de las personas que se tienen mucha confianza se dice que comen en un mismo plato. La metáfora más extrema del entendimiento es la que contiene el giro idiomático a partir un piñón. Es una imagen de una gran plasticidad.
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Si se trata de amigos íntimos, inseparables, es que están unidos como les doigts de la main (los dedos de la mano, en francés), Pech und Schwefel (brea y azufre, en alemán), martèl e aireta (martillo y yunque, en occitano), pappa e ciccia (sopa y carne, es decir, el primero y el segundo plato, en italiano), hand in glove (una mano en un guante, en inglés). En una palabra, son uña y carne (unha com carne, en portugués). Como se puede comprobar, la mayoría de las comparaciones se basan en algo muy concreto, material. Ser como Herz und seele (corazón y alma, en alemán) es más bien una excepción.
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La fraseología catalana tiene un repertorio propio. Además de carn i ungla (nótese la inversión de los términos respecto al castellano), la amistad más estrecha es lo mismo que tap i carbassa (tapón y calabaza, entendida como pequeño recipiente a modo de bota de vino), la corda i el poal (la cuerda y el cubo de un pozo, en mallorquín y valenciano) y el grosero, popular y expresivo cul i merda. La proclividad del catalán hacia lo escatológico se manifiesta en otra expresión que es exactamente igual en francés y en italiano, con idéntico significado, el de andar todo el día juntos: ser cul i camisa, être cul et chemise, essere culo e camicia.
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[Ramon Solsona, LA VANGUARDIA, 15 de agosto de 2010.
Imagen byJoel Nakuro©2010]
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