cuestión de talla
Algunas veces pienso que algunos andan por la vida levitando. Una levedad que a veces puede resultar irritante. Me explicaré. Son muchos los artículos que se han escrito estos últimos días sobre el supuesto fin del imperio de la delgadez. La lozanía dicen unos -las "gorditas", según otros- está empezando a ocupar su lugar en las pasarelas y en las alfombras rojas abriéndose paso a codazos con las maniquíes todo-hueso. Patrañas. Nada más lejos de la realidad.
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Cierto es que hay algunas señales de que las medidas corporales de modelos y actrices se están corrigiendo en detrimento de ese patrón tan enfermizo que entronizó cuerpos enclenques y rostros demacrados, esqueletos andantes. Es bueno y saludable aplaudir a la Pasarela Cibeles por haber rechazado a tres modelos que no alcanzaban el índice de masa corporal mínimo, aunque tampoco es para lanzar cohetes porque hablamos de eso, de mínimos. Desde los años ochenta se sabe que todos los estímulos visuales referentes a la imagen corporal -y más si nos llegan de supuestos cánones de belleza- son capaces de modificar profundamente las propias referencias corporales, y todo cuanto pueda hacerse para inclinar la balanza hacia patrones normales es bienvenido. Pero dista todavía un abismo para que podamos cantar la victoria de la exuberancia y el regreso de las curvas en nuestra sociedad y en todos los modelos en los que esta se mira.
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Quien sostiene el fin de la tiranía de la báscula en el momento estético se remite a diversas pruebas. Reproduzco algunas que he leído. Una: al éxito de la voluptuosa Scarlett Johansson le ha seguido el de Christina Hendricks, protagonista de la serie en boga Mad men y que últimamente pasea su silueta de reloj de arena en las galas que se precien. Ahí está el éxito de otra actriz, Crystal Renn: con 24 años recién cumplidos puede contar ahora cómo superó una anorexia que la dejó en 44 kilos; hoy lleva la talla 44. Dos: La revista V Magazine, algo así como la biblia de la moda, ha dedicado el número de febrero a modelos entraditas en carnes, bellas y reales. V Magazine lleva a su portada a una rotunda Gabourey Silbide y llena sus páginas interiores con modelos espléndidas a partir de la talla 42, con sus caderas tan femeninas y su contundente figura. Y tres: la modelo del momento, Lara Stone, look a lo Brigitte Bardot, la gran atracción de la Londres Fashion Week.
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Si alguien quiere ver en estas excepciones la confirmación de alguna regla, allá él o ella. Dudo que los diseñadores, los estilistas o los cineastas, a los que se les podría discutir que las todo-hueso tengan glamur o sensualidad, hayan abierto de repente los ojos a lo real. Más que un aroma de rebelión contra la delgadez, todo esto huele a tufo de mala conciencia y de paternalismo de una industria que siempre ha abominado del término medio, una justa medida para todo en esta vida.
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[Susana Quadrado, LA VANGUARDIA, 25 de febrero de 2010.
Imagen: Mujer sentada (1997), óleo sobre tela de Fernando Botero, en: http://pintura.aut.org/]
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Vocabulario:
delgadez -> flaqueza, finura, estrechez de carnes.
lozanía -> robustez o frescura en personas y animales.
pasarela -> pasillo estrecho y algo elevado por donde desfilan los modelos. Lugar donde tiene lugar un desfile de modelos.
a codazos -> abrirse paso dando golpes de codo.
patraña -> mentira, noticia inventada, falsedad.
entronizar -> colocar a alguien en el trono, hacerlo rey.
enclenque -> débil, enfermizo.
demacrado, a -> delgado, con aspecto enfermizo; pálido, sin el color natural. Con mal aspecto por falta de nutrición o por desorden físico o psíquico.
no ser (algo) para lanzar cohetes -> expresión que equivaldría a atenuar un éxito supuestamente menor. No hay que exagerar, no hay para tanto.
abismo -> profundidad grande y peligrosa. Separar un abismo -> gran diferencia u oposición entre ideas, personas...
entrado/a en carnes -> expresión que hace referencia a quien es grueso pero sin llegar a la obesidad.
tufo -> olor fuerte, desagradable; soberbia, vanidad.
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