"bajaba del piso 23 y sólo veía las torres gemelas"
(en verde, pretérito imperfecto, en naranja, pretérito perfecto simple)
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A Eva Ruiz, una empresaria del Empordà que volvía de tres semanas de vacaciones con dos compañeros y ayer debía coger el vuelo de regreso hacia España, el terremoto le sorprendió en Santiago, donde se alojaba en un aparthotel. Este es su testimonio: "Estaba en la planta 23. Sobre las tres de la madrugada me desperté de golpe: las ventanas temblaban y las cortinas se movían. Se oía el crujir de muchas cosas. El temblor fue a más... a mucho más. De hecho, no podía caminar porque me caía. Se cayó la televisión, las lámparas, y la cama se movía sola. Muy asustada, cerré la maleta de mano y el bolso y salí al pasillo. Por las escaleras de emergencia veía caer el yeso y sólo pensaba en las Torres Gemelas. En la escalera había mucha otra gente bajando a toda prisa. Yo bajaba desde el piso 23 y se me hizo eterno".
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"Me sentí aliviada al ver la recepción y enseguida salí a la calle por si el edificio se hundía. De repente, un niño me cogió la maleta y salió corriendo. Entre el temblor y el robo, me quedé desconcertada. Nos quedamos mucho rato esperando para volver a entrar. A las siete volví a subir, pero me quedé en el piso 13 y apenas pude descansar unos minutos. A las ocho hubo otra réplica y bajé a la recepción".
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"Salí a denunciar el robo de la maleta y me di cuenta de que el caos se había apoderado de la ciudad. No había taxis ni autobuses, sólo se oían sirenas de ambulancias y bomberos. Intentamos llegar al aeropuerto. Logramos coger un taxi, veíamos gente caminando en la carretera. Descubrimos que no saldrían vuelos y que la consigna donde dejamos nuestra maletas el día antes se había derrumbado".
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[LA VANGUARDIA, 28 de febrero de 2010.
Leímos sobre Chile, en la edición 41]
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