domingo

119.3 retransmisión vía twitter. actualidad en la prensa


#PolvoEnLa604

Hace unas semanas, el escritor Juan Gómez-Jurado estaba de gira promocionando su última novela, La leyenda del ladrón. Tras una jornada en Valencia, se fue al hotel y, antes de dormir, se puso a tuitear. Sus seguidores alababan tal libro suyo u opinaban de tal otro... Él agradecía los elogios y tenía una palabra generosa para todos. A punto de acabar la sesión, de repente tuitea: "No comprendo por qué en cada hotel del mundo al que viajo me tocan unos vecinos que empiezan a follar a la 01:30 am. #PolvoEnLa604".

Los que leen ese tuit entienden de inmediato qué sucede. ¿Quién, en un hotel, no se ha encontrado con una pareja fogosa en la habitación de al lado, que te impide conciliar el sueño y hace que te excites y, a partir de los gritos y los gemidos, des forma visual a lo que sucede tras la pared? Hasta ahora, la gente solucionaba esa excitación como podía. Buscando compañía o autosugestionándosela para, ya más relajado, ponerse a dormir. Pero, en esa ocasión, a Gómez-Jurado se le ocurrió que, puestos a no dormir, podía ponerse a retransmitir el polvo.

Las sugerencias de sus seguidores no se hicieron esperar: que pidiese unirse a la fiesta, que les telefonease y colgase, a ver si se daban por aludidos... Su siguiente tuit fue a la 1:32, para remarcar las embestidas del vecino. A la 1:36, otro: "Esta vez el tipo se está empleando a fondo. O es vigoréxico o la cama tiene los muelles suaves. Qué suspensión". Cuatro minutos más tarde: "Ella ya ha dejado muy claro que ha finalizado. A mí y a toda la calle, que estamos a 30 grados y todas las ventanas abiertas". Pero, a la 1:42: "Ñiki ñiki ñiki ñiki". 1:45: "Silencio. Pues él o es mudo o muy discreto. Ella tenía la discreción de una campana cayendo escaleras abajo. Dos veces". 1:50: "Sospecho que a) han terminado o b) ella muerde la almohada mientras él ha ido rumbo al sur. En cualquier caso me voy a dormir!".

Entre una cosa y otra, la retransmisión se convirtió en trending topic. Sus seguidores le pedían que informase a la pareja. El escritor salió al pasillo, tomó una foto de la puerta de la 604 y la colgó en un tuit. Pero, de regreso a su habitación, vio que la cosa no había acabado. 1:57: "Oh my God, here they come again...". A las 2:09 aún seguían: "Mi madre, ella, qué potencia pulmonar. Qué cuerdas vocales. Qué dominio de la primera letra del alfabeto!!!". A las 2:18: "Y por fin, silencio. Mañana os cuento si me los cruzo en el ascensor".

El último tuit de la serie, a las 2:51, incluye foto de la nota que Gómez-Jurado les pasó por debajo de la puerta: "¡Hola! ¡Enhorabuena por el polvazo, campeones! Que sepáis que ha sido TT en Twitter. ¡Un abrazo!". Debajo, la firma: "Vuestro vecino, el que quería dormir". Al pie de la nota de Gómez-Jurado incluyó el hashtag (#PolvoEnLa604), supongo que por si les apetecía buscarlo y seguir paso a paso el proceso de su cópula. Bien para enseñarlo a los amigos y las amigas -y quién sabe si a los nietos, si la cosa va a más- o bien para repasarlo cada tanto si fue uno de esos ligues de una noche que, a pesar de no repetirse nunca más, se añoran. Es la ventaja de lo que, en el hotel, te toque un escritor en la habitación de al lado.

(Quim Monzó, Magazine-LA VANGUARDIA, 8 de julio de 2012.

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