viernes

87.1 observados. actualidad en la prensa


la transmisión del sonido

Mi casa tiene un problema de sonoridad un tanto curioso. Situada en un entorno muy tranquilo, me permite oír las discusiones de las parejas que pasan por la calle y las conversaciones de las mamás con todo lujo de detalles, exactamente como si pasearan dentro de mi propia cabeza. Si no pasa nadie por la acera, entonces puedo oír cada palabra que la vecina de abajo susurra al oído de su amante y también cómo pasa las páginas del periódico el vecino de arriba. Sin duda algo en el sistema de construcción hace que el ruido se transmita, amplificado, desde la calle hasta el interior y también de un piso a otro. En cambio, lo que jamás de los jamases ha conseguido nadie es acceder oralmente de una habitación a otra: así te desgañites llamando a los tuyos a voz en cuello, nadie te oirá. Nadie de tu familia, me refiero. Sólo los vecinos y los viandantes.
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Como sea que ya estoy harta de la situación y que de vez en cuando siento la necesidad de comunicarme con la familia sin necesidad de personarme en la puerta, decidí anteayer desempolvar el comunicador para bebés que tuve cuando mi hija era pequeña, y al no encontrarlo, salí dispuesta a comprar uno.
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Me chocó comprobar (¡cómo no se me había ocurrido!) que ya todos los modelos excepto uno llevan incorporada una cámara de vigilancia para que además de oír al bebé puedas verlo. Me detuve de buen rato ante las pequeñas cámaras, todas ellas en forma de globo ocular, y mi mirada se hizo torva (eso lo sé porque yo misma, captada por una cámara, pude verme en una pantalla que había encima). De pronto, la compra dejó de apetecerme. Creo que fue debido a que ando leyendo un libro de un tal Gérard Wajcman, psicoanalista, que reflexiona sobre el modo de resistirse a la tiranía de la hipertransparencia en una sociedad en que verlo todo resulta cada día más facil. La transparencia aparece, en general, como un valor positivo en sí mismo, y la mirada divina ha sido sustituida por el ojo universal, el ojo absoluto. Antes uno sentía la mirada de Dios vagamente, lejana, inaprensible, invisible: sabías que Él te veía, pero no podías estar completamente seguro de ello.
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Ahora, en cambio, tenemos pruebas de que nos miran. Desde Gran Hermano hasta el telescopio Hubble, pasando por las endoscopias de esófago, las tomografías y las resonancias, la videovigilancia, las webcam, los escáneres corporales de los aeropuertos... Todas ellas son miradas bien arraigadas en lo material, verificables, bien distintas de la mirada divina, metafísica y distante... Y no es la sensación de paranoia lo que me inquieta cuando pienso en todo ello, pues al fin y al cabo no hay complot organizado, o yo no creo en él, no hay proyecto paranoico... Hay solamente vigilancia constante, permanente, dispersa, aquí y allá, sin proyecto alguno, pero tras todas esas miradas subyace la convicción de que a partir de ahora todo podremos verlo hasta el más mínimo detalle...
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Y esa idea (la idea de que la realidad es fundamentalmente transparente) me horroriza tanto como al autor del libro en cuestión... Así que ver el aparatito en la tienda, pensé en cuán escalofriante resulta que el recién nacido, nada más llegar a su primer hogar, sea colocado bajo una cámara de vigilancia como si tal cosa. Total, que el artilugio se me antojó inquietante (además de caro), y renuncié a comprarlo. Como, además, en casa ya todos somos mayorcitos, salí pensando que quizá podría encontrar algo más barato y efectivo para llamar a mis seres queridos. Y así fue: lo vi claro al pasar ante una Botiga del Barça. Ahora tenemos un par de trompetas de plástico de las que se llevan al campo. Y ni por esas.
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[Imma Monsó, LA VANGUARDIA, 22 de mayo de 2010.
Imagen: trompeta del F.C. Barça (2,60 euros), en: http://www.displasl.com/]
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Vocabulario:
jamás de los jamases -> expresión que refuerza la intención del adverbio jamás, nunca.
desgañitarse -> gritar con todas las fuerzas; quedarse ronco, sin voz.
torvo, a -> fiero, espantoso, airado.
inaprensible -> que no se puede asir, prender, coger con la mano. Imposible de comprender.
cuán -> apócope de cuánto, cuando le sigue un adverbio o un adjetivo.
escalofrío -> sensación de frío que suele producirse por fiebre, miedo o cualquier emoción intensa. Sensación incómoda.

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