¿Se han preguntado por qué casi todo el mundo siente simpatía por la causa tibetana y antipatía por la israelí? ¿O por qué la gente se preocupa por la posible extinción de ballenas u osos polares y no le preocupa lo más mínimo la situación de cocobacilos, escarabajos o mantis religiosas? Y es que en el mundo hay dos tipos de causas: las simpáticas y las antipáticas. No sé exactamente qué determina que una causa caiga bien y otra no. Lo que sí sé es que las simpáticas reciben el apoyo económico, político, intelectual, propagandístico y moral de casi todo el mundo. Las antipáticas no reciben el apoyo de casi nadie (...).
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[Xavier Sala i Martin, LA VANGUARDIA, 4 de septiembre de 2010.
Imagen en: http://www.enmiendasi.org.ve]
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