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107.2 el hotel nacional de la habana. actualidad en la prensa


historia, glamur y mafia
Lo mejor y lo peor de cada casa se alojaron en el hotel Nacional, que cumple 80 años
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¿Qué pintan Gary Cooper y Errol Flynn junto a Lucky Luciano, su lugarteniente Meyer Lansky y otras joyas de la mafia? Por supuesto que nada, pero algún genio del marketing tuvo la idea de reunirlos a todos en uno de los collages fotográficos que muestran a los variopintos personajes alojados en el hotel Nacional de Cuba a lo largo de sus 80 años de existencia. El cartelito, donde también aparecen los duques de Windsor, Buster Keaton o Johnny Weissmuller, no deja de ser una buena alegoría de la rica historia acumulada por el establecimiento, tan célebre como compendio de glamur y famoseo como por haber sido la sede de una de las cumbres más importantes de la Cosa Nostra.

El Nacional se abrió el 30 de diciembre de 1930. Su construcción sobre el promontorio de Punta Brava, con excelentes vistas a la ciudad y al malecón, se decidió por el empeño personal del entonces ministro de Obras Públicas, Carlos Miguel de Céspedes, en principio contra la voluntad de los inversores norteamericanos encabezados por la constructora Purdy and Henderson, quienes pretendían levantarlo en La Habana Vieja aunque no tardaron en dar su brazo a torcer.

En el Nacional se celebró la proclamación como presidente de la República de otro de los Céspedes: Carlos Manuel, hijo del padre de la patria, en 1933. También allí juró para el mismo cargo el que sería el jefe del Estado más breve de la historia de Cuba, Manuel Márquez Sterling. Lo hizo a la luz de las velas, a las seis de la madrugada del 18 de enero de 1934, para dimitir a mediodía. La operación se concibió para evitar un vacío de poder.

Pero el más recordado de los conciliábulos oficiados en el hotel habanero fue el que Luciano, Lansky, Santo Trafficante, Frank Costello, Vito Genovese y otros veinte líderes de la mafia estadounidense mantuvieron entre el 22 y el 26 de diciembre de 1946: a puerta cerrada pero sin privarse de nada y con animación contratada para las consabidas juergas.

La reunión fue un intento de apuntalar el poder de Luciano frente a las acometidas de Genovese, que llevaba un tiempo moviéndolo de la silla. Los convocados discutieron el reparto de sus negocios en la isla, debatieron sobre el peso del narcotráfico en los ingresos de la organización, y dieron la orden contra Benjamin Bugsy Siegel, viejo camarada al que acusaban de haberlos esquilmado durante la construcción del hotel Flamingo de Las Vegas. Siegel murió acribillado a balazos medio año después.

Uno de los artistas que actuaron para los jefes del Sindicato con motivo de la cumbre en el hotel fue su protegido Frank Sinatra, quien cinco años más tarde regresaría al establecimiento para celebrar su luna de miel con Ava Gardner. Las dos estrellas brillan lo justo entre tanto astro del cine, el arte, la moda o el deporte; entre tantos reyes, poderosos y eminencias como las que un día durmieron en el Nacional. Por allí pasaron Winston Churchill, Eduardo VIII, Alexander Fleming, Ernest Hemingway, Marlon Brando, Graham Green, Steven Spielberg, Pierre Cardin, Maradona... Y cientos de miles de personas más. La historia, el morbo y 426 habitaciones sobre la atalaya del malecón habanero dan mucho de sí.
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[Fernando García, LA VANGUARDIA, 18 de diciembre de 2010.
Imagen en: http://www.lightstalkers.org/]

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