domingo

46.2 sin esto, sin lo otro. actualidad en la prensa

Un chaval en la bicicleta nueva, vacilando a su madre... "Mira mamá, sin una mano". Al rato, "mira mamá, sin las dos manos...". Zaaaasss... "Mira mamá, ¡sin dientes!

mamá, ¡sin dientes!
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El zagal del chiste, eufórico de estrenar bici, se queda sin dientes en la tercera vuelta a la manzana. Se ha convertido, pues, en un desdentado. De no existir este adjetivo, habría que decir que es un sin dientes, protolexicalización a partir de una preposición (sin) y un sustantivo (diente).
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La preposición sin es rica en inventos de este tipo. Como no podemos decir destechados ni despapelados, hablamos de los sin techo y de los sin papeles. Las personas que viven en la calle pueden ser pobres, marginados o mendigos. Sin embargo, el hecho de no alojarse en una casa no es sinónimo absoluto de mendigar, de ser pobre o de haber sido marginado. La complejidad social que nos rodea hace de la prudencia la mejor aliada del periodista. Por ello, para referirse a los que se encuentran en esta situación, lo más preciso es los sin techo.
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Ahora, algunas voces autorizadas han postulado por escribir sintecho en una sola palabra, con lo que se completa la lexicalización. Tal fenómeno está en la senda de los sinvergüenzas, de los sinsentidos, de los sinsabores o de los sinnúmeros. Sin embargo, nadie ha abogado por los sin papeles, que por la misma lógica deberían ser lexicalizados de modo que el reglamento los permitiera entrar, al menos, en el diccionario. Pero este caso es distinto, porque delante de pe y be se escribe eme, ¿recuerdan? Y la lexicalización debería ser simpapeles. Aunque pueda sorprender en un primer momento, el diccionario, aplicando la norma ortográfica, ya recoge simpar, al igual que sambenito o bienpensante. Así pues, simpapeles cumple todos los requisitos. En la misma línea, habría que plantearse la grafía de los perros de raza San Bernardo: ¿un San Bernardo, un san bernardo o un sambernardo? Esta última grafía tiene las de ganar.
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La sinrazón de no haber hecho este paso es un sinvivir, más cuando el diccionario académico ya recoge palabras tan singulares como sinhueso, referida a la lengua en cuanto órgano de la palabra. El Clave (SM) incluso registra el popular simpa ("abandono de un establecimiento sin pagar lo que se ha consumido en él").
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Quizá es la hora de que se dé carta de naturaleza lingüística a los sintecho, a los simpapeles, incluso a los sintierra y los sinmiedo. Un sinfín de palabras para no acabar siendo un donnadie (que tampoco está invitado al diccionario, mientras que asisten donjuán, dondiego y dompedro).
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[Magí Camps, LA VANGUARDIA, 13 de abril de 2009]

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