sábado

71.1 ...y después de reyes, normalidad. actualidad en la prensa


reyes trileros

Vale, lo admito. Me lo paso muy bien con la llegada de los Reyes Magos. Esa afirmación, que en un principio es de cajón, no lo es tanto, porque me desagrada casi todo lo que "se tiene que hacer" para que el niño propio pase unas fiestas inolvidables. No puedo con los villancicos, que están hasta en la sopa, y aún más cuando el niño se va haciendo mayor y se lo enseñan todos en el colegio (laico, ¡ja!).
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La redacción de la carta a los Reyes no es algo que me disguste en sí, porque verle hilar palabras con las letras recién aprendidas es de lo más excitante en mi escala de babas, pero sí me disgusta que el niño lo quiera todo, absolutamente todo. Y como todo no se puede ni se debe, yo he optado por tunear un poco la costumbre. Así fue como el día anterior a la llegada de los monarcas me llevé al pitufo que todo lo quiere a una de esas enormes jugueterías para ver cómo reaccionaba ante el producto, fotografié con el móvil los que más alteración provocaban en sus constantes: dilatación de pupila, sudor, grititos; y se los mandé a los Reyes vía SMS, para que no se equivocaran y para que no vinieran luego con excusas de que estaba agotado.
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Bajo un sirimiri molesto los vimos aterrizar con un helicóptero en Sant Cugat y nos lanzamos al asfalto mojado durante la cabalgata a por los caramelos que caían después de rebotarnos en la cabeza, y volvimos a casa a preparar el tentempié que los tres magos y sus camellos tomarían en su fugaz visita. Una de la madrugada y no había manera de desconectar al niño.
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A la mañana siguiente, lo que ya sabemos y esperamos: sus caras al ver que han estado ahí, han comido, han bebido, han ensuciado... y han dejado regalitos junto a sus zapatos. Aquí otra modernidad de las mías, que vengo haciendo desde hace un par de años, tanto con sus majestades como con Papá Noel: les llamamos por teléfono para agradecerles los regalos. Os lo recomiendo para el año que viene, tenéis que ver la cara de vuestros hijos cuando hablan con ellos.
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Y hasta aquí todo bien, la típica historia de una madre que a regañadientes al final se lo pasa en grande con tan alergénica excusa. Pero ahora tengo un problema: hemos montado el famoso y carísimo volcán de Gormiti, en cuyo cráter va una especie de calavera partida en dos que se abre cuando algún muñequito se tira por su tobogán de lava, y resulta que por error, nos han tocado dos hemisferios derechos de esa cabeza, por lo tanto el maldito volcán pierde toda su gracia al tener sólo media cara coronándolo. Ahora que los Reyes se han ido, que ya les hemos agradecido, que las tiendas están peladas de los best sellers, que estamos de resaca, y que ya está bien de todo esto... ¿a quién reclamo?
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El año pasado me quedé sin el camión de Spiderman porque se les había olvidado meter a Spiderman dentro y habían agotado existencias. Este año me niego a perder mi volcán. Que no.
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[Martina Klein, LA VANGUARDIA, 9 de enero de 2010.
Imagen de los Reyes Magos en: http://marivi24.wordpress.com/]
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Vocabulario:
ser de cajón -> expresión que hace referencia a algo que se da por lógico, por natural. También, ser de libro.
estar hasta en la sopa -> expresión que se refiere a algo o alguien que se repite o está presente en todas partes.
hilar -> transformar una fibra textil en un hilo continuo manejable. Aquí, formar frases con sentido, con el manejo de palabras, una tras otra.
baba -> saliva espesa y abundante que sale de la boca.
tunear -> del inglés, tuning, puesta a punto.
pitufo -> designa a algún ser de pequeño tamaño. De Les Schtroumpfs, Los Pitufos.
sirimiri -> llovizna, lluvia fina, calabobos.
a regañadientes -> expresión que hace referencia a hacer o decir algo de mala gana, a disgusto.
alergénico, a -> que produce alergia.
estar pelado, a -> expresión que hace referencia al tener necesidad de algo o, dicho de otro modo, estar falto de algo en un momento dado, especialmente dinero o efectos materiales. También, estar sin blanca. Aquí, las tiendas están vacías de género.

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