viernes

7.4 comparaciones. actualidad en la prensa

manhattan es más barato
*
Al calcular lo que cuesta pasar un día de turista en Barcelona y en Nueva York se obtiene un resultado ajustado, aunque la ciudad americana es más barata que la catalana. Una pareja en Nueva York y otra en Barcelona, alojándose en un hotel medio, comiendo en restaurantes normales y gastando lo necesario para visitar monumentos y asistir al teatro, desembolsa en Nueva York en torno a los 822 dólares (509 euros), mientras que en Barcelona llega a gastar 600 euros. La comparativa no es científica, pero se ajusta mucho a los planes típicos en una y otra ciudad, teniendo en cuenta que los turistas escogidos no escatiman en dinero pero tampoco tiran la casa por la ventana. La fortaleza del euro frente al dólar es determinante para encarecer el resultado de Barcelona.
*
Una pareja de turistas que hoy deseara disfrutar de la ciudad sin reparar en gastos pero tampoco tirando la casa por la ventana debería estar dispuesta a desembolsar cerca de 600 euros diarios. El precio incluye buenas comidas, alguna copa y un buen espectáculo, además de transporte y un par de entradas a monumentos imprescindibles.
*
La Vanguardia se puso ayer en la piel de estos visitantes, a los que encontró alojados en un hotel de cuatro estrellas, no muy céntrico, por el que estaban pagando 120 euros la noche. Tenían ganas de pisar la calle y a primera hora, habiendo comprado una targeta t-10 (7,20 euros), cogieron el metro y se plantaron en un Starbucks de la parte alta del paseo de Gràcia. El desayuno les salió por casi doce euros: caffe latte, caramel macchiato, brownie y muffin. Decidieron entonces visitar la exposición de Manuel Vázquez Montalbán en el Palau Robert, que les salió gratis, y, también sin gastar nada, se metieron luego en Vinçon, donde pasaron un buen rato visitando el piso modernista.
*
La Pedrera les obligó a media hora de cola y 16 euros en entradas, pero no querían perdérsela. Llevaban una guía que la señalaba como visita obligatoria.
*
Cerca de la una y con bastante sed bajaron las escaleras de Tapas 24, en la esquina del paseo de Gràcia con Diputació. Pidieron un par de cañas y se animaron a un vermut a base de olivas de Sanlúcar, anchoas del Cantábrico y berberechos con salsa. Pagaron 24 euros.
*
Al salir, se perdieron un rato en un par de escaparates de rambla Catalunya y llegaron, casi sin darse cuenta, a la calle Bergara, donde encontraron mesa en Casa Agustí. Entre los platos del día había xatonada, corazones de alcachofas con gambas, calamarcitos y costillar de cerdo ibérico. La cuenta alcanzó los 64,9 euros con vino de la casa y tiramisú a medias.
*
Había que estirar las piernas y el Barri Gòtic les llamaba la atención. Bajaron por La Rambla, acortaron por la plaza Villa de Madrid y llegaron a la Catedral. Como no era horario de misa, pagaron cuatro euros cada uno por la visita. Estuvieron un rato frente al Cristo de Lepanto y fotografiaron las ocas del claustro.
*
Descubrieron el templo romano en la sede del Centre Excursionista (gratis) y, cautivados por un pasado que no conocían, estuvieron casi una hora en el museo de la Ciutat. A las seis y cuarto, entraron en la granja Plaza de la calle Pintor Fortuny. Habían cruzado la plaza Sant Jaume y esquivando turistas como ellos en la Rambla. La granja les sorprendió por su tranquilidad y sencillez. Pagaron ocho euros por dos suizos y dos ensaimadas.
*
La tarde se les echaba encima. Tenían entradas de platea para el musical Mamma mía! en el BTM (53,89 cada una) y querían pasar antes por el hotel. Cogieron el metro (línea verde) y luego un taxi para llegar al teatro a las 8.30. Casi tres horas después, con la cabeza llena de éxitos de los años ochenta, entraron en el restaurante El Suquet del Almiralll. La cena, a base de pica picas -había llangueta- y un arroz de Barca, les salió por 120 euros.
*
Al taxi de vuelta le pidieron que los dejara junto a Colón (cinco euros) y el reloj marcaba la 1,30 de la madrugada cuando pidieron dos dry martini en Boadas (seis euros cada uno) y este diario les dijo hasta luego.
*
[Xavier Mas de Xaxàs, LA VANGUARDIA, 20-21 de marzo de 200]

No hay comentarios: