artesanía de buen ver
La capital mexicana es una ciudad para pasear, para callejear, para mirar, para hablar con la gente. La calle es el espectáculo. No hay que abrir el monedero para disfrutar de olores, sabores, palacios, saltimbanquis y actores que improvisan.
*
México es el país con la mejor y más variada artesanía. El mercado popular de San Ángel, que se celebra los sábados en el sur de la capital, es un inmejorable escaparate de los imaginativos creadores mexicanos, que han sabido conciliar estilos, colores y materiales. San Ángel es cita obligada para el visitante que quiera llevarse un bonito recuerdo de México y para el interesado en el turismo cultural.
*
Además, en San Ángel encontrará una rica muestra de la herencia virreinal española; en calles empedradas y angostas se conservan villas, casonas, templos y conventos de la época colonial, plazas y jardines. A pesar de formar parte de una de las mayores metrópolis del mundo, San Ángel mantiene una identidad propia. El ocre inunda la vista al recorrer mansiones señoriales, que mantienen, como hace siglos, los arcos que dan acceso a jardines plagados de buganvillas.
*
México es un país fascinante. Aquí no se puede vivir sin plantas, retratos, adornos y color. En San Ángel se encuentra casi de todo: artesanía de cristal, joyería en plata, textiles tejidos por indígenas, cuyos hilos -tras ser entrelazados por manos de huicholes y de otros pueblos originarios- crean tapetes multicolores, mantas, manteles, rebozos, capas y huipiles. Son vistosos los sombreros de Campeche y los artículos de cestería: jarapas y bolsas, hamacas de algodón, máscaras y objetos de madera. Capítulo aparte merece la cerámica y alfarería de Tlaquepaque, Tonalá y Guanajuato. También encontrará la muy reconocida vajilla de Talavera, elaborada en Puebla.
*
En forma paralela al mercado, centenares de artistas exponen sus obras en las plazas de San Jacinto y del Carmen. Cientos de caballetes forman una inmensa galería al aire libre, con obras al óleo, acuarela, pastel, carbón, dibujos, grabados y esculturas.
*
Tras un descanso tomando una cerveza en una cantina tradicional, como La Camelia, se puede visitar sin salir de San Ángel, la casa estudio de Frida Kahlo y de su esposo Diego Rivera, diseñada por Juan O'Gorman, edificio exponente del funcionalismo mexicano. Y en el cercano barrio de Coyoacán está el Museo Casa Azul de Frida Kahlo, y a pocas manzanas se puede visitar el Museo León Trotsky, donde el lider comunista vivió exiliado hasta su asesinato por el catalán Ramon Mercader.
*
El barrio de Coyoacán conserva el aire colonial en su arquitectura; grandes o pequeñas, muchas de sus joyas arquitectónicas fueron construidas y habitadas por frailes franciscanos en el siglo XVI, y es un paseo obligado para visitantes. El 'lugar de coyotes' -según la etimología- es uno de los más representativos del DF. Fue la primera morada del conquistador Hernán Cortés. Gracias a la arquitectura de las casas que la conforman, la calle Francisco Sosa está considerada una de las más bellas y tradicionales de la capital. Y el foco de atracción lo forman el Jardín Hidalgo y la plaza Centenario.
*
Para acabar la jornada, nada mejor que una comida en el restaurante San Ángel Inn, que ocupa la antigua hacienda Goicoechea (siglo XVII), con hermosos patios y refrescantes jardines.
*
[Joaquin Ibarz, LA VANGUARDIA, 31 de agosto de 2010.
Imagen en: http://www.tourbymexico.com/]
No hay comentarios:
Publicar un comentario