ir en bolas o con burquini
Junto a un señor en bolas, una señora con el llamado burquini, en una playa europea. Esta es la foto más buscada del verano. También estaría bien una intantánea con ciudadanas cubiertas con la burka atendiendo en un comercio a ciudadanos vestidos únicamente en bañador. Vestirse, desvestirse y vivir en común es algo más complicado de lo que parece. Porque, a diferencia de lo que piensan ciertos partidarios del islam rigorista y ciertos partidarios del nudismo expansivo, actuamos siempre de una u otra forma de pacto. Vivir en una sociedad que se presenta democrática es someter al capricho y la voluntad de parte a un sutil juego de equilibrios que rebaja las aspiraciones de cualquier grupo a conseguir sus objetivos de manera plena. El tío Baixamar -que luce gorra- me cuenta que a todo esto se le llama según un concejal muy enrollado "la gestión de la complejidad". Gestionemos, pues.
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No existe un derecho a entrar en pelotas en el bar de la esquina o un derecho a bañarse en una piscina pública con un traje que apenas deja al descubierto la cara. Ni existe un derecho a andar por el centro de la ciudad como si fuéramos a darnos un chapuzón o nos acabáramos de levantar de la cama. Aunque haya mucha gente que hoy lo ignore, la calle no es la prolongación del lavabo de casa. Por otro lado, el sentido común indica que, en la playa, cada hijo de vecino puede bañarse y tomar el sol como le dé la real gana, pero el sentido común también aconseja que se arbitren soluciones razonables para que el ejercicio de una libertad no implique la merma de esta misma libertad observada desde otra perspectiva. Sería absurdo que no existieran playas donde poder estar tranquilamente a cuerpo gentil, pero también sería absurdo que se impusiera la desnudez colectiva a los que no participan de esta opción. De ahí la necesidad constante del pacto. Y de ahí la necesidad de matizar.
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Pero, si hablamos de libertades yuxtapuestas, el uso del burquini plantea, para las sociedades abiertas, el mismo problema que la existencia de la burka: ¿Es realmente libre una mujer a la que un credo obliga a vivir escondiendo a todas horas el cuerpo como algo impuro? Desde la herencia ilustrada, que es la nuestra, la respuesta es obvia. Y no vale resolver esta cuestión apelando a nuestras abuelas y sus castos baños de mar, que es una forma de relativismo cultural que hace tramposa abstracción de la distancia entre ayer y hoy.
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Gestionar la complejidad desde las instituciones democráticas es tener el coraje de señalar criterios claros y, cuando es necesario, apoyarlos con normas de obligado cumplimiento. Sin temor a la crítica de estos o aquellos. A veces por higiene física (no cenaría donde aceptaran clientes desnudos) y otras por higiene mental (no acudiría a una piscina donde se diera cancha a la sinrazón). Es lo mínimo.
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[Francesc-Marc Álvaro, LA VANGUARDIA, 23 de agosto de 2009.
Imagen en: http://melocuentas.com/]
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Vocabulario:
gorra -> prenda para cubrir la cabeza, con visera.
enrollado -> liado, enredado. Aquí, que agrada, simpático, colega, amistoso.
ir en pelotas, ir en bolas -> ir desnudo.
merma -> disminución de algo.
cuerpo gentil -> tal cual uno ha nacido; desnudo.
yuxtapuesto/a -> poner una cosa junto a otra; simultáneo, contemporáneo; a la par, a la vez.
dar cancha -> dar a alguien u margen de confianza; dar pie.
cancha -> espacio dedicado para la práctica de determinados deportes, por ejemplo, el baloncesto.
sinrazón -> acción injusta o no razonable.
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