¡Que le pongan células madre!
A medida que nos acercamos al final del verano, aumentan los anuncios y las advertencias sobre la gripe nueva, un asunto llamado a convertirse también -según parece- en motivo de controversia entre los partidos. La salud, como sabemos, es una cuestión política de primer orden en nuestra sociedad y no sólo por las altas cifras de recursos públicos y privados que mueve. También porque, a diferencia de lo que ocurre con la educación o la seguridad, todos acabamos pasando por una u otra forma de experiencia sanitaria relacionada con las administraciones. De ahí se deriva que, a menudo, pensemos que ser enfermos o algo parecido nos transforma en una suerte de ciudadanos mucho más visibles o mucho más protagonistas, no se sabe muy bien de qué. El tío Baixamar, que tiene una salud de hierro, no tiene miedo a la gripe nueva, pero sí teme que, metidos en esta guerra, los que mandan se olviden de otras cosas tan o más graves y, luego, salten las alarmas por donde menos se piensa. No sería la primera vez.
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De salud, todo el mundo tiene opiniones y cree saber más de lo que sabe. Tanto que los profesionales del ramo asisten atónitos a episodios reales digno de las películas de los Hermanos Marx. Por ejemplo, la siguiente situación, que les puedo asegurar que no es fruto de la imaginación: tenemos a un anciano en la UCI de un hospital, con un diagnóstico para intervenciones o tratamientos aplicables. En un momento dado, algunas personas de la familia del paciente, ante el inevitable y previsible desenlace, se acuerdan de algo que les suena de la tele y la radio y, entonces, van al encuentro de médicos y enfermeras y se ponen a gritar lo siguiente: "¡Que le pongan células madre!, ¡venga, venga!". El bregado personal de esa UCI, tras superar la fase de sorpresa monumental ante tamaña y absurda exigencia, tuvo que desplegar los mejores argumentos para desactivar rápidamente a una familia que -de buena fe- creía haber dado con la solución milagrosa para que el abuelo pudiera seguir viviendo. La información, si es mal digerida, puede dar lugar a muchos líos.
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Por suerte, todos los que acuden a un hospital no actúan como los familiares del abuelo al que había que salvar con células madre. Pero, sin llegar a tales extremos, todos tendemos a oír campanas y, sin pensar demasiado, nos dejamos llevar por rumores, medias verdades y falsas creencias sobre las cuales edificamos expectativas y demandas acerca de nuestra salud. Con la gripe nueva y el alarmismo que causa, van a multiplicarse los malentendidos de todo tipo. Estaría muy bien que, antes de que la histeria haga mella en nuestros juicios, procuremos mantener, usted, el vecino y yo, la cabeza fría, para no empeorar las cosas. Esta responsabilidad no es asunto ni de ministerios ni de consejerías.
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[Francesc-Marc Álvaro, LA VANGUARDIA, 26 de a
gosto de 2009]
gosto de 2009]*
Vocabulario:
controversia -> discusión larga y repetitiva.
atónito -> muy sorprendido.
bregado -> experimentado, curtido.
tamaña -> semejante, igual. Intensifica el nombre que acompaña.
lío -> compliación, problema, enredo, confusión, jaleo.
hacer mella -> dejar huella, dejar marca, producir marca; incidir en. Afectar, impresionar.
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